sábado, 13 de septiembre de 2008

Los olores de las estaciones


Ya hace muchos años que voy identificando el cambio de estación a través de este apéndice que la naturaleza me otorgó con gran generosidad ( aunque hubiera preferido que fuera más generosa con otras partes de mi cuerpo pero esto es lo que hay ).
No sé si a vosotros os ocurre pero para mi cada estación tiene un olor peculiar y lo percibo al inicio de la misma, ( aunque no suele coincidir con el calendario oficial ) después estos olores se van diluyendo por el hábito según se avanza en la estación.




El verano me huele a barbacoas, a crema solar, a jazmín, a brisa marina ( sí, ya sé que aquí me queda un poco lejos el mar, pero creo que ese olor lo voy a llevar siempre conmigo, al fin y al cabo sigo siendo mediterránea... o fenicia, como me dijeron en una ocasión en Burgos ).





El invierno , por el contrario, estimula mi cerebro con el aroma de la leña quemada, del frío ( es extraño pero yo le otorgo un olor característico a esta sensación térmica), de sopas calientes y burbujeantes en la cocina, de dulces navideños...





La primavera, aunque suene a tópico me trae el perfume de las flores, el despertar de los campos plagaditos de lirios y amapolas , el trino de los pájaros... ( todo esto desde que vivo en el campo, claro) En Valencia eran otros los olores que anunciaban la llegada de la primavera como el azahar, la pólvora o en alguna madrugada el hedor a vómitos tras una intensa noche de fiesta fallera ( aunque para que negarlo también tiene su encanto y más cuando se ha sido en ocasiones partícipe ).




Y el otoño, tras un largo verano seco, cálido y luminoso, me va sumergiendo en el frasquito, en el olor a tierra mojada tras la lluvia, en los colores tenues y las hojas caídas... y como no en la melancolía.

Lo mejor de todo esto es que cada olor te trae de nuevo situaciones vividas, sentimientos compartidos y en ocasiones la presencia ansiada de personas que ya no tenemos.

Que os lleguen aromas gratos este otoño.

9 comentarios:

Pantagruel dijo...

De nuestros sentidos, la vista, el oído y el tacto dirigen la información a la corteza cerebral, la parte analítica o racional del cerebro, mientras que los sabores y los olores apelan al cerebro profundo, primitivo o rinencéfalo, mucho más relacionado los nuestros sentimientos, emociones y pulsiones. No nos suele ser muy dificil recordar una cara, o tararear una melodía, pero nos es casi imposible revivir a qué sabían los tomates de nuestra infancia, o rememorar los olores que tu mencionas cuando el estímulo no está presente.

No sé si esto le quita poesía a lo que cuentas, pero así son las cosas. Y por cierto, el día que se desprenda la balsa de piedra, Extremadurá tendrá litoral.

Y gracias por enlazarme. Jo.

Susana dijo...

Pero, querido Pantagruel, el estímulo sí está presente. El olor es para mi ese estímulo. ¿ No te ha ocurrido nunca que cuando has olido un perfume ese aroma te ha traido la imagen de una persona que lo utiliza ? ¿ O el olor de un guiso no te ha trasladado a un lugar concreto ?
Y por Diossss que desprendan ya la balsa de piedra que ya estoy hartita de ir a la charca cuando necesiro pensar y estar sola.
Y lo del enlace , es fundamentalmente un tema práctico, me es más cómodo llegar así hasta tu página. Recuerda que amenaca con seguirte. Y de paso si a alguien le interesa, pues ahí te tiene.
Un saludo y buen fin de semana.

Pantagruel dijo...

Me refiero, Susana, a que no puedes, por ejemplo "oler a tierra mojada" cuando no hay tierra mojada, ni oler el aroma del amado cuando no está cerca; tendrás que ir al armario y oler su ropa; luego ya, la emoción se dispara, claro.

xhandra dijo...

Me ha encantado este post Susi, la verdad es que tienes una chispa mujé.. jajaja... digo por lo del principio.

En serio me encantó, y me encantó porque los olores es algo que me fascina y me pasa igual que a ti, reconozco ciertas situaciones, momentos, personas,... por el olfato, recuerdos que llegas a revivir por un único instante sin necesidad de visualizarlo.

Un abrazote.

Susana dijo...

Ah, bueno , eso sí, jajajaja. En eso sí tienes razón. Entonces quizá la entrada esté mal planteada. No es la estación lo que me trae los olores, son los olores los que me traen a las estaciones. :)
Oye, disculpa, creo que el comentario del enlace me quedo un poco brusco. La verdad es que no fue con mala intención. Este medio en ocasiones puede dar lugar a interpretaciones diferentes de las que se pretende. Se debería inventar algo para poder integrar el lenguaje no verbal ¿ verdad Sandra ?
En conclusión, te he enlazado por lo más obvio, pq me gusta lo que escribes. Y ahora, me voy a relajar un ratito leyendo.
Uff, cómo me enrollo.

xhandra dijo...

Por cierto, yo también quiero playita YA!!

Susana dijo...

Ay, ay, ay, que me iba sin decirle nada a mi Sandrita que anda por aquí.
¿ Cómo estás guapísima ?
Te llamo esta tarde y me cuentas que tal ha ido la semanita ¿ Vale ?

Pantagruel dijo...

Son los olores los que traen la repercusión emocional de las estaciones, y de otras cosas; sin olor nos serían más indiderentes.

No te preocupes, Susana, por tu respuesta a lo del enlace. Yo había pensado "joder, pa tener un blog a mano basta con poner en favoritos, enlazar es un paso más..."

xhandra dijo...

Hola Susiiii!!! no sé si me habrás llamado porque por la tarde salí, ya sabes, compromisos con el perro, jajaja... Yo también pensé en llamarte hoy, pero como es sábado preferí no molestarte por si estabas concentrada en tu partida de dominó (jajaaaaaaaaaaa.

Mañana te llamo, un besote!