miércoles, 25 de febrero de 2009

El cigarrito de la risa

Estos días de primavera que nos está haciendo me ha traído un recuerdo muy agradable.
Cuando el tiempo se ponía así y ya sentíamos cerca las Fallas para mi familia era el pistoletazo de salida de la temporada de la tradicional paella dominguera en la casa de campo. La anécdota que he recordado esta mañana y que me ha hecho sonreir tiene mucho que ver con la agricultura y con lo brutita que era mi madre para algunas cosas.
Un año mi padre plantó marihuana. Uno de mis amigos le pasó unas semillitas y decidió sembrar aquello a ver lo que salía. El hombre como buen agricultor, a la vejez, pues antes nunca se había preocupado del campo y sus cosa, pero lo cierto es que le sirvió de terapia recuperarse de una trombosis que tuvo con 56 añitos, cuidaba la plantita con cariño y dedicación como al resto de sembrados que tenía, la regaba , la podaba, la abonaba y cuando ya estuvo en condiciones la peló , puso las hojitas a secar y después lo picó todo y lo metió en un bote grandote , grandote y allí quedó aquello. Pasaron los días y todos pasábamos del bote pero un domingo en que nos reunimos toda la familia y alguno de mis amigos ( porreros ellos ) mi padre les sacó el botecito después de comer para que se animaran con el café.
Normalmente después de la siesta mi madre siempre proponía que jugáramos a las cartas ( era un poco ludopatita ella ) y nos pusimos a ello. Mis amigos emporraditos hasta las cejas no paraban de reirse y mi madre como era muy curiosa quiso saber si aquella juerga que tenían montada era por la hierbecita que se fumaban. Entonces muy cuquina ella se acerco a mi y me dijo. Susana , hija ¿ Tu me harías un cigarrito de esos de la risa ?
Y yo muy recatada le dije. ¡ Mamá, por Dios que eso es droga! y ella muy ufana me contestó. Que droga ni que leches, eso lo ha plantado tu padre y es como las judías que ponemos en la paella, sanas y buenas.
Pues nada , me puse a la faena y le fabrique a la mujer un cigarrito de la risa.
Una vez fumado seguimos jugando a las cartas.
Bueno, mi madre se lo paso en grande, se reía por todo y charlaba por los codos, raro en ella ,que era una mujer de pocas palabras pero contundentes.




Al poco llegó mi hermana, mi tía ( la hermana pequeña de mi madre ) y un primo mio que vive en Francia y que es un poco pijo y tonto.
Varias reacciones.
Mi hermana miraba a mi madre como si fuera su madre, enfadada y riñiéndola. Cuanto más la regañaba mi hermana, más se reía mi madre. Impotente ante la reacción de su progenitora dse encaró a mi: Desde luego Susana como eres, pero qué estás haciendo con nuestra madre. Y mi madre venga la risa y llamadola Sosa, que siempre ha sido una sosa.
Mi tía la miraba alucinada, y mi madre, como buena hermana mayor, la incitaba a que probara aquello que era muy “guay y diver” como le dio por decir toda la tarde
Y mi primo, muy tieso él, las unicas palabras que salían de su boca eran , ¡ Que vergüenza como ha cambiado esta familia , con lo que era.!
Y mi madre venga a soltar carcajadas y a decir: Hacemos otro Javi ( Javi es mi mejor amigo , catedrático en porros ) Y Javi venga a enrollar la hierbita. Cuando el porro se quedaba parado en alguno de mis amigos se oia una vocecita que decía oye no lo pares, pásalo y mi amigo Javi, introduciendo a mi madre en la jerga porreril le decía: Maria , no se dice no lo pares, se dice Que ruuuuuuuuuuuule. Y mi madre entre risa y risa soltaba EEEEEEEEEEH ese cigarrito de la risa, que ruuuuuuuuuuuuule.
Cuando he contado esta anécdota muchos se han escandalizado. Una mujer de 60 años fumando porros, que fuerte. Pero a mi me ha resbalado, y siempre he contestado, lo plantaba mi padre, era sano, natural y bueno como las judias de la paella.
Y como ella se lo pasó tan bien, yo encantada de la vida. De vez en cuando mi hermano y yo lo recordamos y soltamos una carcajada.
Y la volvemos oir decir: Eh, me haceis un cigarrito de la risa.








12 comentarios:

La Tilde Perdida dijo...

Muy entrañable tu historia, una forma diferente de recordar a tu madre. Me he reído mucho. Un besito.

Malo Malísimo dijo...

¡Jodía que puntazo...!
Yo también quiero un cigarro de la risa.
¡Que bien viene de cuando en cuando reirse sin parar.

Paco Centeno dijo...

Cuando aún dejaban acampar en cualquier sitio, los colegas nos íbamos a "acampar". Pasabamos las noches alrededor de un fuego, con los cubatas y los petardos de la risa.
Cuando nacieron las niñas seguíamos yendo a acampar pero desaparecieron los petas, nos entró una especie de responsabilidad que nos hizo no petardear cuando ellas estabna, que era casi siempre.
Besos

Anónimo dijo...

Yo tengo una anécdota parecida. En mis años de estudiante en Cáceres, todos ellos con el Festival Womad entre mis recuerdos, descubrí las magdalenas de la risa. Fue una pasada estar horas y horas riendo, pero reconozco que su sabor no era admirable...

Pantagruel dijo...

Muy diver la anécdota, Susana. Creo que ya he contado que mientras formaba parte de nuestro ejército colonial utilicé ese producto tan natural con generosidad. Eran los tiempos de Marco y Los Hombres de Harrelson en la tele. Un colega y yo nos fumábamos unos porritos mirando al mar, -había bellos paisajes desde aquel hospital militar-, y luego entrábamos en el cuerpo de guardia y nos sentábamos junto a la tele, mirando a los espectadores, partidos de risa. Los espectadores más cabreados que una mona; no sé como no nos dieron un par de tiros, allí que había armas. Buena semana.

Hitos dijo...

Leo que todos hemos tenido historietas con el cigarro de la risa. A mi se me han olvidao casi todas, le tendré que preguntar a mi santo.

Me acabo de acordar de una, hace no mucho, un par de navidades. Un amigo que tenía recolectada una bolsita, en su ático en Madrid y que nos la regaló. Dato a tener en cuenta es la edad del amigo, 75 años actuales.

El caso es que despés de la cena de nochevieja mi santo y yo salíamos al balcón a fumar (por aquello de que a los fumadores ahora nos echan a la puta calle) y nos liamos unos petas.

Según iban pasando las horas cada vez había más gente en el balcón. Aquello parecía el camarote de los hermanos Marx. Hasta tal punto que le llegamos a perder la pista a la bolsita.

Y a día de hoy seguimos sin saber nada de ella.

Susana dijo...

En primer lugar gracias a todos por vuestros comentarios y disculpad el retraso en la respuesta.

Fátima: ¿ Tú no tienes ninguna historieta con el cigarrito o las magdalenas o cualquier otro producto de la risa ?. Espero que te encuentres bien en el insti y estés disfrutando como una enana. Mejor que el cigarrito de la risa.

Malo: Aysss Malo la de tiempo que hace que yo no me fumo un cigarrito de la risa. Desde que me convertí en una esposa decente y abnegada muuuuuchos de los vicios que tenía se quedaron en Valencia y a veces echo de menos ese reir por reir. Una se quedaba como nueva después.

Es verdad Paco la de cosas que tienes que cambiar cuando los hijos llegan, bueno, tendreis que esperar hasta que se independicen. ¿ Son muy pequeñas aún ? Lo digo pq a lo mejor cuando llegue ese día el cigarrito de la risa ya será legal y lo podremos comprar en la farmacia o en los estancos. Un beso.

Nieves. Jajajaja. Pues mira Nieves, no te veía yo haciendo esas cosas...Beggg, si que deben estar asquerosas, sí... A mi hermana cuando ya le quedaba poquito de vida y estaba con la quimio se la haciamos en infusión y aquello no había quien se lo bebiera.

Panta: Ya me hubiera gustado a mi verte por un agujerito, ya... Anda que ver a Marco "colocao" y reirse de las desgracias del pobre. Que mira que le pasaban. No tienes perdón de Dios.

Hitos: Mejor será que en vez de buscar la bolsita busques las cenizas, es más fácil que las encuentres. Un beso muy grande Hitos y espero que esta noche juegues una buena partida de parchis, guapa.

Unknown dijo...

Jaja, Susana, qué sabiduría la de tu madre. Si mis padres hubieran fumado porros otro gallo les habría cantado, o yo habría tenido más hermanitos. No sé. Ojalá a mi padre le hubiese dado por la María, porque el pestazo del Ducados que dejaba en el lavabo (mi padre fumaba mientras cagaba a modo de ritual matutino), tela.
Una vez nos fumamos cuatro petas entre seis tíos y tías. Te prometo que veía doble y era fantástico porque me tocaban el doble de tías.

Yo sí que me fumaba un porrito contigo.

Besos

Anónimo dijo...

Jjaajjaja Susi, la verdad es que es para troncharse cada vez que te acuerdes. La verdad es que imaginar a una señora ya de esa edad y pasándose el porrito es una imagen extraña, pero tan natural como las judías!!! jajaja... Me encantó. Y como dice Fátima,es muy entrañable al mismo tiempo.

Bueno, ya ves que empiezo a conectarme... ya tengo línea, jeje. Un besote.

Anónimo dijo...

Salut Susana!
J'aime beaucoup ce que tu écris, je l'imprime pour le lire et l'étudier tranquillement. Au sujet du requiem de Mozart, je voulais te parler de Vivaldi, mais quelqu'un l'a fait avant moi....j'utilise aussi la musique en général comme thérapie, en ce moment j'écoute Schubert.
Avec l'histoire des "pétards" j'ai appris un autre genre de vocabulaire, tu devrais écrire plus souvent!
Adrienne.

Pantagruel dijo...

Pero Susana, se te ha comío el gato el teclao?

Unknown dijo...

Hola Susana, me ha encantado la historia, fue así.... yo estaba.....Un beso muy muy grande, cuando vuelvas a Valencia te esperaré con el cigarrito de la risa..